os hombres estamos hechos un lío, vivimos encerrados en unos roles de género heredados que nos imponen lo que tenemos que hacer, lo que se supone que tenemos que ser y sobre todo lo que no tenemos que sentir. Pero también somos unos privilegiados, porque nuestra es la oportunidad de ser la primera generación que por fin se pueda comportar de otra manera para romper las cadenas. Es cuestión de valentía: podemos pasar de largo por la entrada de la cueva o podemos encender la linterna.
Hace un tiempo Lorena Polo, una de las fundadoras de Mara Psicología & Arte, me contactó para que facilitase, junto a Sergio Torres, terapeuta y compañero de camino, una reunión de hombres bajo el marco del III Encuentro Feminista de su centro, “Somos como somos”. Porque también creo que ante el movimiento social del que estamos siendo testigos –La Cuarta Ola Feminista-, los hombres tenemos tres opciones: poner diques al mar, observar absortos como se lleva todos los recuerdos de una sociedad obsoleta y desigual o poner nuestro granito de arena y acompañar a las mujeres en este despertar. Y esa fue la génesis del Círculo de Hombres que comenzamos a compartir una vez al mes.
Tengo el deseo de seguir creando espacios de encuentro, bajo el prisma del humanismo, para aprender a dejar de pelear y de competir, a saber callar, a poder pedir perdón, a renunciar a lo que nos daña, a trabajar nuestro narcisismo, a conocernos y a dejar de ser los protagonistas de la historia. Creo que los hombres estamos agotados de sostener ese modelo de masculinidad impuesto y que ya es hora de dejarlo atrás. Durante dos años y medio realicé junto a mi amigo terapéuta Guillermo Delgado-que falleció hace unos meses-un encuentro quincenal que se llamaba «Masculino Plural».
Masculino plural
La zancadilla nada más nacer.
De pequeño me impusieron las costumbres,
de pequeño me enseñaron a ser mayor.
Como lo que el viejo dijo: ‘Hijo, en lo que sea pero el mejor’.
Cuando llegó era un niño delicado,
pero un hombre debe ser hecho y derecho.
Escondiendo las lágrimas de los ojos.
Si pudiera volver a empezar…
Que no se perciba tu fragilidad,
pisa fuerte, hay que impresionar,
tienes que aprender a resistir, tienes que vivir,
tendrás que ser mejor que los demás.
Yo te digo lo que pienso:
El hombre a solas se pierde, se cansa.
La soledad del hombre sin calor,
respirar de esta ausencia de mí.
Aprendiendo lentamente que la vida está bien,
soy lo que soy, lo que tengo que ser,
el mayor amor le tengo a mi persona,
seré el viento, la lluvia y el crepúsculo.
anciones de las que salió cada verso: Masculino singular de Rosendo Mercado, Take on me de Aha, La cuenta atrás de los Enemigos, Poesía difusa de Nach, Déjalo ir de Depedro, Destruye de Ilegales, Hombres de Fangoria, Hurt de NIN, Algo está cambiando en mí de Bomba Stereo, Renacimiento de Kase O, Respirar de Bebe, Ama, ama y ensancha el alma de Extremoduro, De mayor de Enrique Bumbury, Hombres de Loquillo, Manuel, Raquel de Tam Tam Go, Clint Eastwood de Antonia Font, I’ll be your mirror de la Velvet Underground y Boys dont cry de The Cure.
Por otro lado, fui completando una lista de temas con el mismo título que tiene el poema y que abarcaban diferentes aspectos de la masculinidad, desde la ternura hasta la toxicidad. Estas 100 canciones son la banda sonora de este libro. La primera es el Heroes de David Bowie, “podemos ser héroes por un día”. Me gustaría subrayar que algunos de estas composiciones las recopilé de una lista que hizo el escritor Eloy Fernández Porta para un seminario sobre Nuevas Masculinidades que impartió en el CCCB de Barcelona entre el 7 y el 21 de octubre de 2015. Muchas gracias.
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